El pasaje

El agujero se abrió en medio del mar y Saldar el viajero diviso una nueva costa en la distancia, atravesó el hueco y llego remando a la orilla, al tocar tierra se puso a observar el paisaje con una mezcla de fascinación y extrañeza, el primer mundo al que habia llegado no guardaba relación alguna con Sadariena, la tierra de las alas cristalinas donde las torres de vidrio crecían en inmensas profundidades hasta que les salían alas y comenzaban a recorrer el mundo, por el contrario las hierbas se alzaban sobre el suelo altas y extraordinariamente gruesas, algunas de ellas con cuentas de mas hierba enormes y redondas colgando de su tallo, Saldar se arriesgo a morder una de ellas y le sorprendió la dulzura del jugo, sabia igual que las aguas de los manantiales Akadai pero estaba a plena superficie
A lo lejos se veía una construcción de hierba sólida (que los lugareños llamaban madera) Saldar el viajero se acerco para entablar conversación con las personas del lugar, entre ellas algunas tenían la piel opaca, no tan clara como en su mundo, y algunos la tenían mas oscura, del tono acorazado de las bestias de las cavernas afiladas y probablemente igual de gruesa, quizás por eso no necesitaban ropa y andaban casi desnudos
- …y solo me faltan dos monedas para reunir el pasaje- decía uno de ellos, de los hombres de piel opaca
- ¿A dónde dice que va a ir?- le pregunto Saldar, interrumpiendo su conversación
- De regreso al viejo mundo- le respondió el hombre- ¿Usted procede de allá caballero?
- En efecto, así es- respondió, extrañado de haber sido descubierto tan fácilmente- ¿Cuánto dice que cuesta el pasaje?
- Diez monedas de oro mi amigo- dijo el capitán del barco- ¿quiere reservar un lugar en mi barco?
-¿Cómo, en un barco?- pregunto Saldar extrañado, la bruja le habia asegurado que solo ella podía hacerlo viajar entre los mundos- ¿se puede regresar al viejo mundo en un barco?
- Pues claro hombre- le dijo el capitán- si así llegamos así regresaremos ¿A dónde va caballero?
Pero Saldar ya no lo escuchaba ¡Viajar en barcos! La bruja le habia sacado doce remolinos y cien destellos de luna a cambio del viaje al nuevo mundo ¡y resulta que se podía pagar con el oro que crece en las flores!
Saldar se decidió al fin a recorrer el nuevo mundo algo molesto por haber sido estafado