Llegaron un día, o tal vez una noche pues el mundo aún era joven y antes de ellos la Bestia solo sabia del comer y del dormir y no de las horas ni el arte de los relojes, llegaron pues en un momento indefinido alumbrado por las estrellas, o una estrella al menos como bien sabían, plantaron sus pies sobre la tierra suave y fertil y sus cantos arrullaron el crecer de las plantas en los días primeros, la Bestia se acercó a ellos creyéndolos comida mas cuando su toque y su mano la hicieron reír abrieron sus fauces en otra cosa distinta a la depredación, la Bestia maravillada se echó sobre su espalda y dejó que le rascaran la panza
Desde entonces empezaron a andar juntos, ellos, frágiles y curiosos recorrían el agua y el aire y la luz y la sombra buscando materiales para los sueños, llevando canciones de cuna en los nidos y las madrigueras, la Bestia, animal hasta los huesos corría tras ellos dejando un grosero rastro al pasar dondequiera, aplastando las bellas flores, asustando los suaves cantos, devorando la carne, fresca y jugosa, los soñadores lo aceptaron pues la Bestia estaba viva y solo las cosas vivas pueden soñar, así pues, era en un grado lejano una criatura emparentada, pasaron las eras y prosperaban bajo arboles inmensos de luces y de lluvia crecidos en la magia de sus cantos y animales hermosos llamados por sus sombras, mas la Bestia, estúpida y glotona no comprendía nada, no aceptaba nada, los soñadores le habían dado un nuevo placer pero ya no era suficiente y decidió devorarlos para así probar su sabor, mas los artífices no son comida y los soñadores gestaron en su cuerpo, llenándose de la pesada carne y sus instintos, salieron pues, encerrados en piel de humanos, resignados a ser carne en la carne de la Bestia, sin otro lugar al cual ir se unieron al resto y les llevaron canciones y burdas pinturas, miserables imitaciones de los sueños de antaño, la Bestia, cruel y estúpida criatura de muchas bocas se regocijó en su hazaña aplaudiendo y bailando entre los regalos de sus prisioneros, los soñadores se dispersaron, abatidos en sus propias y nuevas miserias, confundidos entre los hombres, viviendo entre ellos apenas soñando, apenas formando, condenados a la burda y grosera naturaleza de la carne que como la Bestia devora los sueños entre sangre y excrementos, viven pues, languideciendo, añorando, deseando, y en momentos levantan los ojos y miran al cielo, miran lejos, muy lejos, a su hogar perdido entre las estrellas, y por un momento vuelven a soñar y se levantan, henchidos de furor y toman sueños y formas y chispas y forman con ellos el reflejo y el pasado mientras sueñan de nuevo con sus amadas estrellas
Gin, me gusta tu blog, pero lo que más me gusta son los cuentos. Como éste, hermosísimo, tañido con idealismos. Se podría titular "Creación" o algo por el estilo. Es muy bello y nos recuerda algo importante, soñar, pensar que el mundo puede ser algo mejor, un lugar mejor.
ResponderEliminarCómo describes a la Bestia, sin un adjetivo aparece como algo horrendo. Será que nuestro orígen fue ese y no otro....
Saludos.
El titulo si me dejo pensando pero al final lo deje asi aunque me hubiera gustado algo mas simbolico como ya habras notado anteriormente, y si, no hay nada como los idealismos
ResponderEliminarGin, un cuento breve muy interesante, yo le encontré más de una lectura, no sé si fue tu intención, pero podría trasladarse la historia a hechos muy cercanos a la realidad.
ResponderEliminarExcelente.
Un gran abrazo.
Humberto.
Sip, los hechos son multi interpretables, una alegoria de otras situaciones, gracias por pasarte por aqui
ResponderEliminarSaludos