18/2/11

Un cuento bajo las estrellas

Llegaron un día, o tal vez una noche pues el mundo aún era joven y antes de ellos la Bestia solo sabia del comer y del dormir y no de las horas ni el arte de los relojes, llegaron pues en un momento indefinido alumbrado por las estrellas, o una estrella al menos como bien sabían, plantaron sus pies sobre la tierra suave y fertil y sus cantos arrullaron el crecer de las plantas en los días primeros, la Bestia se acercó a ellos creyéndolos comida mas cuando su toque y su mano la hicieron reír abrieron sus fauces en otra cosa distinta a la depredación, la Bestia maravillada se echó sobre su espalda y dejó que le rascaran la panza

Desde entonces empezaron a andar juntos, ellos, frágiles y curiosos recorrían el agua y el aire y la luz y la sombra buscando materiales para los sueños, llevando canciones de cuna en los nidos y las madrigueras, la Bestia, animal hasta los huesos corría tras ellos dejando un grosero rastro al pasar dondequiera, aplastando las bellas flores, asustando los suaves cantos, devorando la carne, fresca y jugosa, los soñadores lo aceptaron pues la Bestia estaba viva y solo las cosas vivas pueden soñar, así pues, era en un grado lejano una criatura emparentada, pasaron las eras y prosperaban bajo arboles inmensos de luces y de lluvia crecidos en la magia de sus cantos y animales hermosos llamados por sus sombras, mas la Bestia, estúpida y glotona no comprendía nada, no aceptaba nada, los soñadores le habían dado un nuevo placer pero ya no era suficiente y decidió devorarlos para así probar su sabor, mas los artífices no son comida y los soñadores gestaron en su cuerpo, llenándose de la pesada carne y sus instintos, salieron pues, encerrados en piel de humanos, resignados a ser carne en la carne de la Bestia, sin otro lugar al cual ir se unieron al resto y les llevaron canciones y burdas pinturas, miserables imitaciones de los sueños de antaño, la Bestia, cruel y estúpida criatura de muchas bocas se regocijó en su hazaña aplaudiendo y bailando entre los regalos de sus prisioneros, los soñadores se dispersaron, abatidos en sus propias y nuevas miserias, confundidos entre los hombres, viviendo entre ellos apenas soñando, apenas formando, condenados a la burda y grosera naturaleza de la carne que como la Bestia devora los sueños entre sangre y excrementos, viven pues, languideciendo, añorando, deseando, y en momentos levantan los ojos y miran al cielo, miran lejos, muy lejos, a su hogar perdido entre las estrellas, y por un momento vuelven a soñar y se levantan, henchidos de furor y toman sueños y formas y chispas y forman con ellos el reflejo y el pasado mientras sueñan de nuevo con sus amadas estrellas

4 comentarios:

  1. Gin, me gusta tu blog, pero lo que más me gusta son los cuentos. Como éste, hermosísimo, tañido con idealismos. Se podría titular "Creación" o algo por el estilo. Es muy bello y nos recuerda algo importante, soñar, pensar que el mundo puede ser algo mejor, un lugar mejor.
    Cómo describes a la Bestia, sin un adjetivo aparece como algo horrendo. Será que nuestro orígen fue ese y no otro....
    Saludos.

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  2. El titulo si me dejo pensando pero al final lo deje asi aunque me hubiera gustado algo mas simbolico como ya habras notado anteriormente, y si, no hay nada como los idealismos

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  3. Gin, un cuento breve muy interesante, yo le encontré más de una lectura, no sé si fue tu intención, pero podría trasladarse la historia a hechos muy cercanos a la realidad.
    Excelente.
    Un gran abrazo.
    Humberto.

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  4. Sip, los hechos son multi interpretables, una alegoria de otras situaciones, gracias por pasarte por aqui
    Saludos

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