Entre la gente de Martmain es común tachar como salvajes a la gente de las praderas debido por una parte a la ignorancia y por otra a la envidia, los habitantes son gente de ciudad y de clima suave, benévolo, los Evencrial son algo más duros, mucho más duros o increíblemente duros dependiendo la clase de historias que se estén contando, en algunas se dice que atacan las caravanas de mercaderes incluso si llevan un regimiento de soldados, otros dicen que solo responden si se cruzan demasiado adentro en sus territorios o que no dejan de buscar presas entre los viajeros para vestir sus pieles como adorno, pero la verdad, o una verdad al menos, es que son gente relativamente pacifica, curtidos, si, agresivos si se les provoca pero tan dispuestos a cometer matanzas como cualquier nación, lo cual por algún motivo no suena mas tranquilizador
La Gente Que Se Mueve, así es como se llaman a sí mismos y tienen buenas razones, los extranjeros apenas y lo saben pero los Evencrial tienen tres fases tempranas en sus vidas, la primera es el nacimiento en las Grutas Madre, las pequeñas montañas en medio de la praderas donde tienen sus campamentos, las praderas son extensas, tanto que es fácil perderse y nunca encontrar la salida, es un desierto verde donde muchos aventureros se mueren de hambre y este pueblo es el único capaz de sobrevivirlo. Por todas partes creen pastos y algunos árboles de Cob, plantas fibrosas y húmedas de raíces extremadamente profundas que extraen agua desde los muchos ríos subterráneos y la desparraman sobre la tierra, alimentando los pastos, la otra única planta que crece en la zona, nadie sabe la razón pero así es, ni trigo, arroz o maíz, nada crece bien en las praderas, todo se marchita con el tiempo, "es cosa de la magia" dice la mayoría de los viajantes y puede que tengan razón, cuando hay un dios morando debajo las cosas suelen ponerse extrañas. Pero sobreviven, para ello son más que jinetes, en el centro del territorio hay pequeñas montañas, los cuentos de los ancianos dicen que cayeron del cielo en una lluvia de fuego trayendo consigo la magia del Otro Lado Del Cielo, magia suave que volvió fértiles las tierras a su alrededor, sea como fuese lo cierto es que hay montañas y que ahí crece casi todo lo que necesitan, incluso agua cálida que surge del suelo y que fluye por las grutas donde las mujeres dan a luz, la primera experiencia de los nacidos sucede ahí, se dice que los Evencrials aprenden a montar antes que a caminar pero ahí entre esas rocas aprenden a nadar antes que a montar y después a pescar antes que a cazar, la segunda experiencia es la agricultura, los laberintos de piedras gigantes amparan los cultivos y por sus laderas crecen las plantas silvestres, enredándose al subir y formando marañas densas entre las cuales los niños suelen trepar mientras juegan, la tercera experiencia temprana es -finalmente- la caza, actividad por la que son reconocidos desde fuera, aunque la escasa variedad de plantas se deriva en una escases de presas, sin embargo si en algún lugar puede haber vida es un hecho que habrá vida y los escurridizos lebratos son la prueba del lugar, pueden vivir bien alimentándose de pasto y cob como los cianados o las otras especies hurañas que se esconden ante la presencia de los cazadores, es un ecosistema extraño donde el humano es el único depredador natural y por ello los jóvenes deben ser entrenados cuidadosamente, los animales los huelen y los temen más que en ninguna otra parte y los aprendices se deslizan sigilosos sobre la hierba sin temor de aplastar la ramitas que siempre delatan al acechante pues aquí solo hay trozos de cob suave pudriéndose en la humedad, el entrenamiento de cacería termina pronto pero se sigue perfeccionando cuanto más tiempo se vive, el uso de la lanza y el arco se ejercitan en estas andanzas así como el de otras armas, hachas de mano, dagas, incluso espadas con las cuales matar alguna presa es bastante difícil, la cacería es el preludio del combate y a pesar de su fama los Evencrials combaten más a menudo de lo que quisieran
Ese día una patrulla revisaba los bordes, es difícil decir quiénes eran pues siempre hay patrullas revisando los bordes, tres como es costumbre, uno de cada edad, a lo lejos divisaron algo, unos llegados de la ciudad calidad, iguales en número y formación, los mas jóvenes se alejaron de sus respectivos grupos ansiosos por conocer al extraño que se acercaba, por un momento Alden tuvo la impresión de que al encontrarse se olfatearían como un par de cachorros curiosos y en cierta medida lo hicieron, después se quedaron quietos sin saber qué hacer, finalmente ambos grupos se encontraron, saludándose mientras se acercaban
- Los saludamos, gente de las praderas - dijo Alden cuando estuvieron a distancia de habla
- Los saludamos viajeros de la ciudad cálida ¿Buscan paso?
- Buscamos paso
- Entonces hablemos
Alden y el mayor de los jinetes se alejaron del resto cuando este dio cuenta de quien dirigía a los viajeros, mientras estos conversaban Meiriz decidió lanzarle una pera a cada caballo, un gesto que los jinetes apreciaron aun sin demostrarlo
- Hemos hablado - dijo el mayor de los jinetes - y se ha decidido que pueden pasar y serán escoltados a través de nuestras tierras con el pago acordado
Alden respondió con una inclinación de cabeza y entendieron que debían seguir a sus guías cuando estos empezaron a trotar hacían un punto especifico, después de hablar un rato regresaron a sus respectivos grupos
- Nos dejaran pasar por sus tierras proveyéndonos con caballos en lugar de estas mulas y Melron podrá vender nuestras mercancías en uno de los campamentos principales, el pago es llevarles comercio y hacer un servicio de guía
- ¿Así de fácil? -pregunto un incrédulo Meiriz - ¿no se supone que debíamos medir fuerzas con su líder y todo eso?
- Esas son exageraciones de la ciudad - le respondió Melron - y por ello cuando vuelvas nadie va a creer que pasaste por las paraderas simplemente pidiéndolo, al menos no si quieres llamar la atención y recibir ovaciones
- Me conformo con haber pasado - respondió mirando a los jinetes con un poco de recelo ¿y a donde se supone que debemos guiarlos?
- No a ellos no muchacho, pronto sabrás de que están hablando
El nombre de este blog se deriva de las palabras Homos y Antropos, la primera en latin es una derivacion de humus, tierra; la otra en griego significa "el que mira al cielo" en este blog pondre algunos versos, dibujos, reflexiones y relatos
10/6/11
Las praderas
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Danza de mascaras
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Danza de Máscaras. El título ya está bien, invita a entrar.
ResponderEliminarMe ha parecido una buena escena, con algún error de teclado reblede. Los gestos silenciosos de las gentes "salvajes", la desmitificación, la curiosidad de los dos grupos en medio de la nada. Y ese tono frío que usas para descibir, también me llama la atención.
Ave, me alegra muchísimo verte tan vivo.
Me cuesta bastante hacerme a la idea de los jinetes por que salen en cancion de hielo y fuego asi que tengo que buscar la salida en su cultura, creo que me van a dar material para otras entradas mas frecuentemente que los otros pueblos
ResponderEliminarY ya sabes, Voy a vivir para siempre o morire en el intento