Guiados por las
estaciones las manadas de automóviles atraviesan las autopistas buscando
alimento, dos veces al año de acuerdo al cambio de estaciones emigran desde los
amplios estacionamientos de terracería en el campo hacia las ciudades y
viceversa, los autos son un gran ecosistema biomasico en si mismos y su
desplazamiento supone el movimiento de otras especies ya sea por interferencia
o por la dependencia hacia ellos y su desplazamiento nunca pasa desapercibido
El nicho más
sobresaliente habita en las esquinas aguardando el paso de las manadas, se
distinguen dos vertientes: los simbiotes y los depredadores, en el primer grupo
se encuentran los limpiaparabrisas, una especie menor cuya asistencia es
necesaria para mantener limpios sus vidrios y pintura, a cambio remueven
pequeños trozos de metal que son la base de su alimentación y no es raro verlos
encima de autos pequeños o enormes sin que estos se muestren perturbados, asimismo
ciertas tribus urbanas han integrado al automóvil como parte fundamental de su cosmología
debido a la importancia que estos tienen en su sobrevivencia, los cazadores se
mueven a través de callejones para no asustar a los autos y cubiertos por sus
pasamontañas tradicionales atacan en cada cruce desmotorizando a los autos de
un golpe certero para obtener su carrocería, sus faros, la piel de sus asientos
e incluso sus llantas, materiales tradicionalmente usados en la confección de
sus enseres domésticos, puede parecer barbárico pero estas tribus sienten un
profundo respeto por el automóvil y lo demuestran en su arte, es fácil encontrar
pinturas grafirupestres en las paredes que rodean sus campamentos representando
de manera conjunta automóviles y los nombres de sus ancestros deformados en su
particular estilo, asimismo son conocidos por tallar los huesos de automóviles en
adornos que llevan al cuello en enormes collares recargados de elementos
brillantes, mientras mas exagerados y numerosos son los adornos más estatus
tiene el portador
Sin embargo la
eficacia de estos cazadores ha obligado a otras especies de esquinas a
desarrollar exóticas formas de defenderse siendo la más extraordinaria el bicho
lanza fuego, una criatura capas de literalmente escupir llamas de la boca, sin
embargo para mantener su flujo de flamas suele picar a los autos y extraer de
ellos los elementos necesarios para la combustión, otras especies menos
agresivas han aprendido a caminar en dos patas y hacer malabares como medio de distracción
En principio tal diversificación
de la vida podría considerarse un avance significativo mas las crecientes
plagas de vándalos parecen indicar lo contrario, de cuando en cuando aparece
una cepa resistente a los agentes policiales que siembra el caos y lo cosecha
para almacenarlo en sus galerías subterráneas donde la humedad y la falta de
luz propician el crecimiento del hongo que es la base de su alimentación y así obtener
la fuerza suficiente para causar disturbios significativos, recientes campañas
promueven la adopción y castración de los vándalos callejeros para evitar su
crecimiento desmesurado
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