En los limites de Valiana

Se dice que en el principio nació el mundo y que los dioses llegaron del exterior para colonizar el espacio infante, las leyendas hablan de barcos brillantes atravesando el éter hasta desembarcar en la nada del mundo, poniendo pie en el vacio de la forma para dar lugar a los mares y las tierras de todas las naciones, los mas escépticos sostienen que el mundo como tal ya estaba formado y que los dioses se limitaron a sembrar la vida, vertiendo su sangre entre el polvo y el agua para dar origen a los hombres, lo que da pie a nuevas discusiones sobre la forma de las primeras criaturas del mundo formado

Las leyendas más difundidas hablan de las bestias Unni como los primeros hijos moldeados, su aspecto es motivo de discusión pero por la cantidad de mitos que los mencionan su existencia esta fuera de toda duda y son muchos los frescos y cuadros en que se les representa, Mill Diraen también tiene su p0ropia versión de los hechos; en su mente los Unni son un pueblo de nómadas robustos de piel rocosa en la que tallan formas del mismo modo en que los hombres se hacen tatuajes y al mirar hacia las praderas se pregunta si el tallado de los Evencrial no es una derivación de esas antiguas costumbres, de todos modos revisa el mapa y constata la perfección de los limites, los estudiosos dicen que los dioses también moldearon el paisaje siguiendo un objetivo especifico y que es esa la razón de su nitidez, el mapa es de hace diez años pero los contornos de verdor que se observan en la distancia coinciden perfectamente con los bordes trazados en el papel "los jinetes son una raza tranquila" se dice para calmar sus temores y se convence de que es seguro acampar así que da la orden a su gente, apenas un puñado de hombres de todo el reino, un centenar cuando mucho que esperan las provisiones enviadas por los conspiradores de la capital

Diraen es un caudillo, o debería serlo, las leyendas también hablan sobre eso, los tiempos de cambio, el final de las eras, el amanecer de un nuevo tiempo y en el centro de todo los elegidos, aquellos con más poder que ninguno, los de la voluntad poderosa, los heraldos, los caudillos

¿Que hace a una leyenda? nunca es la totalidad de su persona, siempre se habla de los momentos brillantes y los cantos se enfocan solo en las batallas y los eventos cruciales, es válido permitirse dudar si al final se logran los objetivos, o al menos eso es lo que le gusta pensar, le quita responsabilidad y no tiene que ser siempre fuerte y por sobre todas las cosas le dice que hay esperanza de triunfar aun con un pequeño ejército como el suyo

Su primer oficial le entrega la relación de oficios disponibles, casi todos mercenarios y algunos cazadores furtivos, algo es algo

- Diles que acamparemos aquí durante dos semanas y esperaremos al resto de los refugiados, si alguno se muestra inconforme dile que vaya juntando postes para montar el campo de entrenamiento

- Se hará como dices Diraen - le responde su primer oficial, un hombre gordo que pasa de los treinta años para iniciar sus andanzas por los cuarenta

- Antes de que vuelvas al grupo hay algo que me gustaría saber Elean

- Dime

- ¿Que buscas en todo esto? no parece que estés muy dispuesto a seguir a un hombre tan joven como yo, fácilmente podrías ser mi padre, entiendo a esos aventureros sin patria ni tierra pero tú eras un soldado de la guardia, podrías conseguirte algo mas solido que esta cruzada

Elean se rasca la barriga con pereza y mira hacia un lado y luego hacia el otro

- Era un soldado, hace mucho, mucho, tengo entrenamiento y me condicionaron, necesito servir a un señor, no me gustaría, es que lo necesito y tú te ves mejor que los otros, tu sabes, el reino esta revuelto pero tú me recuerdas a los aventureros de las leyendas

- Los hombres de sueños dorados

- Los mismos, eres joven y dicen que el final se acerca y creo que vas a ser algo grande, todos lo creemos, por eso estamos aquí

- No les creo

- Entonces no nos creas, nos basta con que nos dirijas en medio de batallas y victorias, incluso te perdonaríamos un par de derrotas

- No les creo - repite Mill - no me buscan, buscan a cualquiera que pueda guiarlos, el destino les da igual mientras puedan seguir siendo empujados, los veo y veo un puñado de renegados que no son capaces de conseguir un lugar en el mundo, si están aquí es porque no son capaces de encajar ni siquiera en medio de este caos, el rey está muerto y los consejeros no se ponen de acuerdo en cómo dirigir la capital, las familias nobles se ven incapaces de reclamar el derecho al trono y algunos necios han iniciado campañas suicidas contra la Grieta en su locura de venganza real, los caminos son inseguros y los contratos para escoltas abundan a buenos precios y aun así ninguno de estos hombres ha podido encontrar algo mejor que esta aventura a ciegas, incluso tú Elean, estas aquí sirviéndome para evitar quedar atrapado en medio del caos, están conmigo porque no había nada mejor

- ¿Y? si eso es lo que ves esta campaña esta arruinada nada más empezar, estamos aquí para seguir a un caudillo, no para escuchar las dudas de un hombre por muy joven que sea

- Esperaba que no entendieras Elean Bosri - le responde Diraen volviendo a ver su campamento improvisado- eres un soldado después de todo, sabe esto de una vez; no quiero ganar el reino alzándome con himnos y desfiles, voy a tomarlo desde la desilusión, en todas partes hombres como tú y como esos otros cien buscan algo a que aferrarse y se los voy a dar ¿te hable una vez sobre la mujer que me reveló el destino?

- Nunca mi señor del desencanto

- Desencanto -la palabra es adecuada pero le falta poder- señor del vacío, caudillo del vacío, eso me queda mejor, la mujer de la que hablo vino a mi cuando era un guardia en la capital, me dijo varias cosas, insignificancias para demostrar su poder, bagatelas de adivina y cuando me hubo convencido me dijo que el futuro seguiría para todos y que mas valía atreverse a tomarlo a tomarlo así que tome un trozo, apenas lo suficiente para convencerme del mismo modo en que esa mujer me había convencido

- El carro de armas

- Si, cuando salíamos de la ciudad me decidí a cortar el cuello a mi empleador, los otros guardias debieron atacarme al menos para desquitar la mitad de la paga que ya habían cobrado y no hicieron nada, no tenían la convicción para actuar por su cuenta y terminar su deber, se miraron y me preguntaron que seguía y yo los traje conmigo hasta los límites del reino despertando alboroto, los demás empezaron a llegar como moscas sobre un cadáver en movimiento, debe ser cierto lo que decían los viajeros

- ¿Todavía me hablas a mi Diraen?

- No Elean, apenas hablo contigo, ve de una vez al campamento y encárgate de mis órdenes

Bosri dejo a su improvisado líder con sus pensamientos para enfocarse a los suyos, la huida, la congregación y un viajero tramposo que hacía diez años le advirtió sobre los últimos días y sus caudillos y ahora parecía tener a uno frente a él, un dirigente señalado según las profecías, solo debía esperar a los otros lugartenientes, otros que como el mismo veían la marca sobre el muchacho, una marca que de alguna forma les daba suficiente confianza para moverse en tales direcciones ¿o seria acaso una señal del final? se le dijo que en el ocaso de la era las formas se desharían empezando desde la mente hasta los cuerpos y que solo a los fuertes les seria dado un lugar en el futuro, en una ocasión cuando aún era un niño sus padres se dejaron de oír del mismo modo en que esos aventureros renunciaron a sus lugares y a medida que pasaban los días cada regla y cada noción de la moral les importaba menos, a veces se sentía de nuevo como en esos días cuando la falta de autoridad le hacía cometer todo tipo de actos imprudentes solo para ver hasta donde podía llegar antes de ser regañado, igual y ellos solo esperaban un jalón de orejas en forma de un buen combate y una gran derrota

O no

O tal vez el destino les dio la entrada a la nueva era prendados de un muchacho ambicioso, "un aventurero con sueños dorados" como los de la leyenda, el campamento desperdigado destilaba aromas a carne asada y cerveza fuerte y por todos lados se afilaban las armas, dos semanas esperando suministros sería demasiado aburrido, habían venido por la aventura y por promesas, no para sentarse a charlar como en cualquier mesón, si Diraen aspiraba a ser caudillo debería hacer algo más que aliarse con los señores establecidos

Unos pasos a su derecha lo distrajeron y una palmada en el hombro le hizo girar la cabeza a la derecha pero el sujeto estaba a la izquierda

- Te alcance a tiempo - le dijo Mauren, otro de los "aventureros", un mercenario recién iniciado de carácter extravagantemente alegre - el jefazo dice que te olvides de la otra orden y que todos se preparen para patrullar la zona en grupos de cinco y que los que sobren armen el campamento para las próximas dos semanas ¿te parece bien si nos acercamos un poco más al rio? no me dan ganas de caminar tanto para traer agua

A fin de cuentas las ordenes no eran tan distintas y el consejo de moverse era efectivo, la sensación de estar caminando sobre tierra floja amaino un poco