22/7/11

Limites del sur

La manada cerraba el camino, se habían congregado corriendo por el bosque y ahora cerraban el paso y los viajeros se llenaron de temor

Una caravana de cien hombres partió de la capital, hombres prudentes saliendo antes de que los disturbios se traguen a sus familias llevando carretas de propiedades y dinero suficiente para pagar una guardia decente, sin embargo dos días antes los rumores de las revueltas iniciales llegaron a la caravana y los guardias se llenaron de relatos sobre aventureros que dejaban sus puestos para unirse a la expedición de un hombre llamado Mill, los rumores lo situaban en el norte del reino reuniendo fuerzas para asaltar el país en su camino hacia el sur y as finalmente entrar como conquistador a una ciudad de la que salio como un guardia cualquiera

La ruta de la expedición debería llegar a Kentsys ordenado los limites del reino cerca de la grieta, el anciano Rafan y sus nietos esperaban llegar al primer puesto de vigilancia en tres días y solo entonces podrían sentirse seguros, no llevaban mucho, apenas un montón de ropas, tela para armar tiendas y utensilios variados mas un paquete con piedras inertes guardadas desde su juventud para una emergencia como esa, una bolsa de monedas entre las ropas del anciano constituía todo el dinero con el que habían podido cargar

AL frente como siempre estaban los mas adinerados, tres mercaderes y sus carros llenos de metales de un tipo u otro, diez barras de oro escondidas en la base de los carros personales de cada uno y algunas piedras preciosas daban cuenta de sus grandes recursos mientras que al menos tres carromatos llenos de mercancías variadas podrían servir como señuelos para ladrones si las cosas iban mal, de los cien treinta eran guardia contratados por ellos y al resto de las personas se les permitió unirse bajo advertencia de que nadie los protegería en un ataque, en otras palabras que los dejarían atrás como cebo si se daba el caso, aun así los otros cincuenta daban fe de cuan beneficio era el acuerdo si de todos modos la opción era viajar en solitario enfrentando ellos solos los peligros del camino

La estrategia era básica y tenia mas variantes, Milesi, el mas viejo y gordo de los mercaderes se había asegurado de partir junto a una expedición de familias que incluían mucha gente joven, así bajo un ataque los hombres y muchachos también lucharían junto a ellos y los soldados tendrían que esforzarse si habían hecho migas con algunas de esas mujeres

Aun así la manada cerraba el camino y la duda no se hizo esperar, uno de los niños trepados en los carromatos casi se cae por estirarse tratando de ver a la manada, Milesi los había observado alguna vez con la misma fascinación, un montón de ¿personas? Si, parecían personas, sucios y desordenados ladrando como una manada de perros salvajes cubiertos de harapos, y manchado de lodo de píes a cabeza, el hombre le hizo una seña al jefe de los guardias, un hombre que rondaba lo cuarenta muy bien llevados en combates de servicio

- ¿Nadie los vio antes? ¿Dónde están nuestros exploradores?

- Salieron hace diez minutos, no se como los pasaron por alto señor, hace unos días nos llegaron rumores de que el rio se ha desbordado hasta inundar los bosques, parece que han aprendido a usar el lodo como escondite

Ambos habían recorrido bastante parta despreciar a las criaturas como los hombres de ciudad que los llamaban leyendas o los hombres de campo que los llamaban bestias estúpidas, ahora sabían camuflarse mejor y no tenían de otra que enfrentarlos

- Puede que tengamos suerte –dijo Milesi a su extrañado mercenario ¿Qué suerte tenia tal encuentro?- míralos bien, todos mojados hasta las orejas, te apuesto un día de paga a que sus arcos son inútiles, prepara las antorchas y embístanlos hasta que podamos acribillarlos a flechazos

- No crea que soy tan necio para apostar contra usted, se hará como diga

El capitán llamo a sus propios subordinados y de otro carro sacaron antorchas al por mayor, enormes como lanzas de carga y con cabezas anchas cubiertas de tela terminadas en puntas metálicas llenas de pinchos largos y agudos

- De verdad son lanzas de carga –dijo el capitán- ¡Prepárense! –grito a sus tropas que para su sorpresa sonaron las armas como soldados de verdad, el tener publico los hacia mas ordenados de lo habitual, los hombres se armaron y subieron a sus caballos, otros desensillaron los que tiraban de las carretas para tener una montura apropiada, al final del camino las criaturas se habían quitado el lodo y se disponían a correr hacia ellos, siguiendo las predicciones de Milesi algunos padres y hermanos pidieron armas para defender a sus familias

Las criaturas corrían apoyándose en pies y manos como animales, Milesi se daba el lujo de estudiarlos, los mas rápidos eran delgados y a medida que su robustez aumentaba caminaban mas erguidos, debían ser mas que ellos pero por poco, tal vez ciento veinte, la mayoría carne de espada y solo los de en medio supondrían un problema con sus garrotes de ramas, al final vendrían los mas débiles

- Dejen que los chicos vean esto- les dijo a las familias- será un buen recuerdo para ellos

De acuerdo a sus ordenar los cuidadores de los carromatos dejaron caer escalerillas para que el resto de ellos subiera a ver mejor, abajo y al frente los hombres a caballo entre mercenarios y familiares formaban una barrera y sus lanzas recordaban los picos en las casas de la gente rica, uno de los hombres termino de encender su mechero y prendió fuego a la primera lanza que ardió con fuerza, el jinete choco la suya con la contigua y así todas terminaron llameantes, las criaturas ya estaban sobre ellos y resultaba evidente su miedo al fuego y a los pinchos que los aguijoneaban, la criaturas gritaba como bebes asustados y como perros furiosos pero ninguno pasaba el perímetro, unos se atrevieron a rodear por los arboles pero también los flancos de la caravana estaban vigilados por hombres armados que mataban en lugar de herir, entonces se amontonaron frente al fuego y el aceite ardiente de las lanzas antorchas les salpicada, los arqueros estaban listos y de forma relajada derribaron a los mas grandes, finalmente los hombres de las familias salieron por los costados para golpear a cualquiera que pudiesen, entre ambos contingentes lograron dispersarles y el resto salio corriendo dejando un rastro de gotitas de sangre, el capitán se reunió con su jefe para recibir ordenes

- ¿Quiere que los sigamos?

- No, no ahora, dame un recuento de la situación

- Matamos a mas de treinta, casi todos con flechas, la mitad de los que huyeron están heridos y de ellos la mitad tiene algo grave y profundo, el resto solo están quemados y asustados

- Bien, bien, falta poco para llegar al rio, acamparemos ahí y entonces los buscaremos

- Señor, sabe que no apuesto contra usted pero creo que deberíamos ir por ellos

- No, no, justo ahora están asustados y si los acorralamos nos darán problemas, el área esta húmeda así que esperaremos a que las heridas se infecten, en tres días a lo mucho ya estarán debilitados y entonces serán ellos los que se sientan presionados al defender a su grupo

- Entiendo señor, solo una cosa ¿y que tal si solo nos vamos? No habrá necesidad de matarlos a todos ahora que nos temen

- Si, dices bien para un mercenario pero yo soy un mercader y me gusta mantener mis rutas seguras, si bien no pienso volver en al menos un año, considéralo un deber profesional

- Entendido

El capital informo de los planes, los chicos bajaron de los carros, los caballos volvieron a ser ensillados y los sirvientes recargaban las lanzas con más tela y aceite nuevo mientras los nietos de Rafan atesoraban la emocionante experiencia


3 comentarios:

  1. Buenas,
    Esto avanza y va tomando forma. Me gusta la historia, y me queda la curiosidad cuando me marcho de aquí. Tiene un buen hilo, aunque, como opinión personal, las descripciones de la voz del narrador son un poco frías, casi periodísticas. Echo en falta algún detalle de esos que se marchan, alguna cosa que los haga más humanos.
    ¿A dónde van? ¿Y de qué huyen? Preguntas que me hará volver.

    Un abrazo.

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  2. Eso es presisamente los que los hace humanos, su inhumaidad.

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  3. Igor: me gustaria darle forma a mayor velocidad pero es lo que hay, en este caso yo soy por entero el narrador asi que es natural que la voz sea mas neutra, cosa de acostumbrarse supongo

    Victor: creo que Igor se referia a los viajeros y no a las Criaturas pero si, es exactamente lo que pretendo

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